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La inteligencia artificial (IA) y la inteligencia artificial generativa (GenAI) se están consolidando como herramientas fundamentales para incrementar la eficiencia operativa y la capacidad de anticipación, gracias a sus avanzados algoritmos de predicción. Paralelamente, las infraestructuras en la nube están facilitando cálculos de optimización, permitiendo obtener resultados excepcionales en tiempos que se ajustan al ritmo acelerado de las operaciones logísticas y de transporte.
A continuación, repasaremos algunas de las tendencias clave para 2025, ilustradas con ejemplos de cómo estas tecnologías están siendo implementadas en la cadena de suministro.
Los sistemas automatizados y los robots, equipados con inteligencia artificial (IA) y sensores del Internet de las Cosas (IoT), realizan tareas repetitivas sin fatiga y con una fiabilidad incomparable. La automatización, en todas sus formas, continúa transformando los almacenes, aportando flexibilidad y productividad.
Estos robots replican cada vez mejor los movimientos humanos y los procesos de toma de decisiones. Además, su coste está disminuyendo y su instalación se vuelve cada vez más sencilla y rápida, lo que acelera su adopción en el sector.
Aunque la computer vision no se utiliza ampliamente en logística, se está desarrollando para aplicaciones como el recuento de inventarios y la verificación de la conformidad de las mercancías recibidas y expedidas.
Esta tecnología reemplaza la intervención humana en tareas tediosas, repetitivas o de bajo valor añadido. Además, contribuye a reducir los costes asociados a la falta de calidad y disminuye los riesgos operativos para la empresa.
Los análisis avanzados cruzan volúmenes masivos de datos para comprender los fenómenos que afectan al rendimiento. Estos modelos, entrenados para aprender los comportamientos adecuados, monitorizan los datos de ejecución y advierten de cualquier riesgo de desviación.
Actualmente, se utilizan interfaces gráficas en 3D para representar las operaciones y las alertas en forma de mapas de calor (HeatMaps). Con el tiempo, estos modelos evolucionarán para aplicar medidas correctoras por sí mismos y modificar los parámetros del software de ejecución.
La logística 4.0 marca la transición de una era de híper reactividad a un nuevo enfoque que combina anticipación, planificación y previsión. Gracias a la inteligencia artificial (IA), ahora es posible predecir los volúmenes de carga de trabajo en el almacén o en el transporte.
Estas predicciones impulsan dos grandes áreas de mejora del rendimiento: la planificación y la simulación. Estos algoritmos, vinculados a representaciones gráficas en 3D y a parámetros operativos, están sentando las bases de los gemelos digitales, que se espera estén plenamente industrializados después de 2025.
Además de estos ejemplos, se espera que surjan otras tecnologías prometedoras, como los vehículos autónomos, el slotting, la intercalación de tareas y las rondas de reparto optimizadas. Estas innovaciones contribuirán a alcanzar una eficiencia operativa sin precedentes.
Ante el creciente poder de la inteligencia artificial (IA), surgen una serie de retos. Las empresas necesitan organizarse para mantener el rendimiento de sus algoritmos a lo largo del tiempo. Los modelos de aprendizaje automático deben entrenarse con frecuencia para evitar desviaciones y seguir ofreciendo resultados fiables.
La inteligencia artificial generativa (GenAI) también plantea cuestiones de gobernanza de datos y formación de usuarios. Las empresas deben aprender a aprovechar estas herramientas mientras protegen sus datos sensibles contra los riesgos de fuga o uso indebido.
En un clima económico a veces incierto, la transformación digital representa una ventaja esencial para las empresas. Libera las competencias necesarias para desarrollar estrategias, genera liquidez y contribuye a garantizar la viabilidad a largo plazo de las organizaciones, haciéndolas más ágiles y resistentes.
En 2025, la cadena de suministro ya no se limitará a reaccionar ante las crisis. Gracias a las nuevas tecnologías y a la anticipación, se está convirtiendo en una herramienta de competitividad y sostenibilidad para las empresas. En lugar de esperar a que llegue la crisis, adoptemos estas innovaciones para construir un futuro más sólido.
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