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19/12/2024
Almacén, Cadena de Suministro
Cómo elegir el SGA adecuado para tus necesidades logísticas
Desde hace varios años, el comercio electrónico ha revolucionado las cadenas de suministro… y esta tendencia no muestra signos de…
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Incertidumbre 1: China
El primer mes del año se nos ha presentado con unas noticias muy inquietantes de Covid en China. Algunas fuentes estiman que solo en enero podría contagiarte el 80% de sus ciudadanos, en torno a 1.130 millones de personas. En Europa y en otros países de todo el mundo se han tomado a toda prisa medidas restrictivas para los viajeros que lleguen procedentes del país asiático que no solo es gigante en tamaño, sino que también a nivel logístico.
China es un país clave en las cadenas de suministro mundiales. Su voluntariosa y particular estrategia de Covid-Cero le había creado considerables dificultades internas, pero si los malos augurios se confirman el levantamiento de tan duras restricciones para la población puede abrir una etapa de dificultades sanitarias para sus habitantes y de problemas en la Supply Chain mundial, que ya conocimos en plena pandemia pero que podrían repetirse.
Incertidumbre 2: La guerra en Ucrania
La otra gran incertidumbre es la guerra de Ucrania, que se prolonga sin que nadie sepa imaginarle un final plausible y menos aún cercano. Por detrás de los dramas humanos que conocemos cada día, están las consecuencias sobre una crisis energética que ya venía de antes pero que se ha agravado con el conflicto armado.
Hechos que siguen repercutiendo en el precio del combustible y que previsible seguirán repercutiendo, y por consiguiente en el precio de las materia primas y los bienes de primera necesidad.
Incertidumbre 3: Los imprevisibles precios de la energía
Justamente los costes de la energía para consumidores y empresas y la propia estructura de fijación de precios saltaron por los aires por el desmesurado precio del gas.
Las medidas urgentes tomadas por la Unión Europea para garantizar el suministro, diversificar las fuentes y limitar los precios han incrementado la incertidumbre empresarial. La excepción ibérica ha creado una situación especial en España y Portugal, pero los mercados de futuro de energía para 2023 no se fían y a día de hoy mantienen precios altos.
Los combustibles no han sido ajenos a esta crisis sino protagonistas muy principales, con graves consecuencias para el transporte, agravadas por una muy preocupante escasez de transportistas por carretera.
La fusión de la robotización y el trabajo humano, uno de los principales retos de la cadena de suministro para 2023
2023 será, por tanto, un año de retos para los profesionales de la logística. Hay muchos y muy importantes, pero para empezar podemos señalar estos tres:
Reto 1: Tener datos para poder mejorar las operativas
Cuando se habla de digitalización y del mundo de posibilidades de control, gestión, ahorro y mejora que nos ofrece, a menudo dejamos de lado la importancia de disponer de datos, de muchos, muchísimos más datos de los más o menos imprescindibles para el funcionamiento cotidiano, que esos no suelen faltar.
Digitalizar e integrar todo lo posible nuestra operativa no va a ser solamente un reto sino la puerta que nos abra la empresa a los nuevos modos de gestión, a los demás retos que tendremos que afrontar y que “viven” de que tengamos todos los datos posibles.
Reto 2: Machine Learning
Justamente con esos datos es como podemos alimentar una analítica predictiva que nos permita la gestión de inventario y la optimización de rutas mediante algoritmos que aprendan de la integración de datos y estar así preparados con productos terminados y rutas optimizadas antes de que los clientes hagan sus pedidos. Esta no deja de ser una aplicación de la IA, la Inteligencia artificial, que se estima que en este nuevo año será adoptada en mayor o menor medida por el 75% de las empresas de logística.
Reto 3: Automatización y robótica
La logística va a necesitar personal, pero no para mover productos dentro del almacén, ni para preparar envíos o hacer el picking, sino para controlar las actividades cada vez más automatizadas y para las labores que aportan valor añadido. La colaboración entre personas y máquinas va a ser uno de los grandes retos de este año. Quedará mucho por andar, pero el tren de la robotización ya está en marcha.
