Cuando una empresa tiene como cliente a una entidad del sector público, se dice que está haciendo «Business to Government», más a menudo abreviado como B2G (o BtoG).
El término B2A (o BtoA) también se utiliza para «Business to Administration», que tiene el mismo significado.
B2G, B2B y B2C
Entre B2B, B2C y B2G, lo que difiere es el objetivo comercial:
- B2B hace referencia al comercio entre empresas;
- B2C se refiere al comercio con un cliente particular;
- B2G caracteriza una relación comercial entre una empresa privada y un actor público.
En B2G, el comprador público – el llamado «poder adjudicador 1» – no es necesariamente un ministerio o una autoridad local. También puede ser una escuela, un hospital, un ayuntamiento, un establecimiento administrativo público.
Contratos públicos
La contratación pública puede ser masiva y ascender a cientos de millones de euros, como en el caso de ciertos contratos militares. También puede ser mucho más modesto: un pueblo puede, por ejemplo, encargar equipos informáticos o realizar obras menores por una pequeña cantidad.
Un proceso de licitación
Para la mayoría de los contratos, ya sean de bienes, suministros u obras, las entidades de servicio público tienen la obligación de publicar un anuncio de licitación. En aras de la transparencia, estos anuncios -que la mayoría de las veces adoptan la forma de licitación- están abiertos a todos. Pueden consultarse fácilmente en el boletín oficial del estado o de las comunidades autónomas.
Se invita a las empresas a recopilar y presentar un expediente de respuesta para cada licitación. A continuación, su expediente es estudiado en detalle por el comprador público, que determina la mejor oferta.
La contratación pública está regulada por un código de contratación pública.