El pooling es una forma de organización en la que varios fabricantes, que ofrecen productos compatibles y comparten el mismo cliente, se agrupan en torno a un único proceso de contratación. La idea es que los fabricantes trabajen juntos para ofrecer al cliente una ruta única para la entrega de sus mercancías.
Funcionamiento de la agrupación
Para llevarse a cabo, la puesta en común no sólo requiere la constitución de un «pool» de proveedores unidos por los mismos intereses y al servicio del mismo distribuidor. También requiere la intervención de un proveedor logístico externo. Este último desempeñará una especie de papel orquestal, ya que será quien reciba las mercancías de los proveedores, las almacene en su depósito y luego las expida al cliente final, garantizando al mismo tiempo un ritmo óptimo de carga de los camiones.
Corresponde al proveedor de servicios establecidos, en función de las necesidades del distribuidor y respetando las normas definidas con cada industrial del pool, las cantidades de las distintas mercancías que deben cargarse en cada camión.
Pooling, GMA y GPA
El pooling, a veces denominado GMA (Gestión Mutualizada de Suministros), es una versión sofisticada de la GCS (Gestión Compartida de Suministros). Como recordatorio, en el GPA, un cliente delega toda o parte de la gestión de sus suministros en un proveedor. GMA va más allá, multiplicando el número de proveedores e introduciendo la asistencia de un socio logístico externo.
Ventajas de la puesta en común
Como una especie de «super GPA», la puesta en común tiene naturalmente todas las ventajas y va incluso más allá. Se trata de:
- El paso de una lógica de flujo push a una lógica de flujo pull: la reposición no se realiza en una fecha fija, sino cuando las estanterías están casi vacías. Por tanto, seguimos el consumo real de los clientes.
- Suministros más fluidos y frecuentes al distribuidor, gracias al uso compartido del espacio en camiones optimizados. Esto reduce el riesgo de interrupciones y mejora la agilidad y eficacia operativas.
- Economías de escala en los costes de almacenamiento, tanto para los proveedores (que almacenan menos en la fábrica) como para los distribuidores.
- Esto ofrece a los fabricantes una visión muy clara de las ventas y las existencias, lo que les permite controlar mejor sus rotaciones y surtidos.
- Al optimizar la carga de los camiones, se reduce el coste del transporte, lo que es aún más importante en un momento en que los precios del combustible están por las nubes.
- Una reducción de la huella ecológica de las distintas partes interesadas gracias a una tasa de llenado de camiones maximizada.