Conocida como reconocimiento óptico de caracteres, esta técnica permite a un sistema informático o a una aplicación leer y almacenar automáticamente un texto mecanografiado, impreso o manuscrito mediante la interpretación de un proceso óptico (una captura o una fotografía). Por tanto, supone un ahorro de tiempo considerable. Las funciones del OCR permiten extraer la parte textual de una imagen y editarla en un programa de tratamiento de textos. Algunos son incluso más avanzados y pretenden imitar la capacidad humana de reconocer objetos.