Indicador clave del rendimiento de las empresas, las necesidades de capital circulante se ven directamente afectadas por los niveles de existencias, que generan desfases de tesorería. Pero con GPA y GMA, es posible tener una mejor visión de los suministros y, por tanto, controlar mejor este flujo de caja. El nivel de requisitos de capital circulante se convierte entonces en un indicador que permite a la empresa saber si se desvía de sus objetivos, pero también medir las consecuencias logísticas y financieras. Así, con proyecciones a 3 o 6 meses, es posible anticipar los costes vinculados a la intervención de un proveedor logístico en caso de desabastecimiento, y tratar de reducir estas penalizaciones.