El factoring inverso, o reverse factoring es una solución de financiación. Requiere la participación de tres entidades: cliente, proveedor y empresa de facturación. El reverse factoring difiere del factoring tradicional en que es el cliente y no el proveedor quien inicia este método de pago. En este caso, el propio cliente se ofrece a pagar al proveedor sus facturas al contado a cambio de un descuento.
La financiación de estas facturas corre a cargo de un banco o una empresa especializada en factoring anticipado. El cliente paga la factura a la empresa en cuestión en la fecha de vencimiento fijada por ésta. La ventaja para los proveedores es que pueden cobrar en efectivo. Para el cliente, la ventaja es que puede seguir beneficiándose de las condiciones de pago al tiempo que obtiene un descuento por el pago al contado. En todos los casos, se trata de una gran ventaja en la gestión de tesorería.