Derivada de la gestión por actividades (GPA), el VMI se basa en que el distribuidor es abastecido por el proveedor sin autorización previa. Dado que el pedido es necesariamente aceptado y enviado por el distribuidor, el VMI requiere un alto grado de confianza en la relación cliente-proveedor. Principalmente practicado en Estados Unidos, este método tiende a generalizarse bajo el impulso de algunos distribuidores.